Adultos

En ocasiones tendemos a creer que somos capaces de solucionar las dificultades que se nos presentan en el día a día, pensando que es cuestión de tiempo. Sin embargo, no siempre disponemos de los recursos necesarios para enfrentarnos a los problemas. Es en este caso cuando la intervención de la psicología se vuelve necesaria. Junto con el trabajo personal del paciente, el psicólogo supone una ayuda para afrontar las situaciones que generan malestar y encontrar una solución satisfactoria para mejorar la calidad de vida.

Cualquier situación que cause un desequilibrio, un desacuerdo con sus creencias, una presión continua y sostenida en el tiempo provoca un sufrimiento psicológico y merece nuestra atención para poder solucionarlo. Durante la etapa de vida adulta, las consultas tienen una etiología variada, aunque tienen como elemento en común el malestar emocional que, haciendo mella cada día, se aleja de nuestra deseada felicidad.

Las causas más comunes del malestar psicológico suelen ser:

ansiedad

Ataques de ansiedad, agresividad, nervios, ira, fobias a algo concreto

obsesiones

Pensamientos recurrentes, rituales conductuales

Tristeza

Lloro recurrente, bajo estado de ánimo, desesperanza, cambios en el estado de ánimo, aislamiento social, timidez excesiva

Baja autoestima

Falta de confianza, dificultades para intimar, pensamientos negativos sobre sí mismo

Enfermedades físicas

Dolor físico o somático, enfermedad crónica o de larga duración, cambio de estilo de vida

Acontecimientos emocionalmente difíciles o traumas

Rupturas, divorcio, pérdida de un ser querido, duelo tardío

Adicciones

Alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, ludopatía

Estresores menores

Dificultades presentes en el día a día, apatía, dificultades laborales, dificultades en el hogar

Dificultades en la pareja

Infidelidades, celos, violencia conyugal

Acudir a nuestro Centro de Psicología Ponzano supone el primer paso hacia la solución de la dificultad y hacia la recuperación del bienestar psicológico. Tras exponer la situación que genera malestar, el psicólogo realiza una evaluación y, posteriormente, una intervención individualizada y adaptada a las características de cada caso. Respetando siempre el código deontológico y en una atmósfera libre de prejuicios, se establece una relación de confianza en la cual el psicólogo le acompaña a recorrer el viaje hacia el crecimiento personal y el bienestar.