Fobia a Volar

En Europa, un diez por ciento de la población padece miedo a volar. Tras el accidente aéreo en Francia de un avión A320 de la compañía alemana Germanwings, la fobia a volar puede parecer legítima y los que la padecen ven resurgir su estrés, a riesgo de aguar o anular sus viajes.

El miedo a volar está muy extendido. Para algunos, tomar un avión es una experiencia terrible; para otros, es algo que evitan absolutamente. Es frecuente ver cómo algunos arrancan con una crisis de ansiedad en el avión; otros con un ataque de pánico. Muchos deciden no viajar cuando tenían necesidad de ello, o bien limitan sus desplazamientos por miedo al transporte aéreo.

El miedo a volar se suele disimular por ser juzgado socialmente como irracional y pueril. Sin embargo, se trata de una de las fobias con mejor pronóstico de éxito y remisión.

¿Cuándo pedir ayuda?  El factor determinante es el nivel de miedo. Si el sujeto puede tomar el avión, padeciendo un poco de estrés sólo en el despegue y/o en el aterrizaje,  puede gestionar ese estrés. En cambio, cuando la ansiedad es tan fuerte que amarga al individuo incluso unas semanas antes del viaje, entonces conviene pedir ayuda profesional.

Hay que distinguir dos tipos de miedo a volar. El primero, producido por el desconocimiento técnico sobre cómo vuela un avión, cómo puede despegar, por qué no se cae… Concierne a personas con altas responsabilidades, muy controladoras, que tienen que dirigirlo todo personalmente y que no comprenden cómo una masa tan ingente puede elevarse sin caer ‘como una piedra’ y sin que tengan ellos mismos un control directo sobre dicha masa. Los fenómenos meteorológicos tampoco son entendidos por estos perfiles que suelen entrar en pánico cuando hay turbulencias, lo cual les sucede a una de cada cuatro personas.

El segundo tipo se relaciona con  trastornos psicológicos. Afecta a sujetos cuyo miedo a volar tiene una etiología psicológica.  Anticipan consecuencias catastrofistas y magnifican sistemáticamente los riesgos de volar. Para ellos, el mínimo ruido o movimiento les genera un tormento.  Es conveniente que estos perfiles se decidan a comunicarse con el personal de la aeronave que intentará calmar sus preocupaciones, sobresaltos y ansiedades inútiles.

Dentro de este apartado se incluyen las personas que han desarrollado una fobia específica a volar, un trastorno de estrés post-traumático, una agorafobia o una claustrofobia. Pueden presentar serias dificultades para acercarse a un aeropuerto, prefiriendo evitarlos. Pero pueden llegar a evitar asimismo lugares cerrados, ascensores, tiendas…

En el Centro de Psicología Ponzano le ayudaremos a superar su miedo a volar. Utilizamos para tal fin las técnicas EMDR,  EFT y Terapia Cognitiva, que aplicadas conjuntamente logran extinguir el pánico a viajar en avión, recuperando el sujeto la normalidad en su funcionamiento psicológico en todo lo relacionado con el viaje en avión.